Combatiendo al enemigo a través de la oración

 


Jesús nos recuerda orar regularmente en contra de la tentación, nos advierte cuan peligroso y prevalente es el llamado a pecar, especialmente en la vida del cristiano. Una vez más el tema del Reino aparece como asunto central en nuestras vidas.

El pecado y la tentación son amos despiadados.

Como la historia de Caín nos lo recuerda, el pecado no quiere cumplir apenas una función menor en nuestras vidas. Quiere gobernarnos (Genesis 4:7). EL pedir ser librados de la tentación es un clamor que emerge solamente del corazón de un ciudadano del Reino de Dios, no del dominio del pecado. Esta petición es un grito de Guerra, que pide a Dios que conquiste el poder de Satanás y sus demonios, de forma tal que podamos vivir la vida para su Reino Celestial.

Este pedido también nos recuerda otros puntos muy importantes, Primero, los cristianos deben reconocer que las tentaciones son reales y una amenaza para la comunión con Dios y la vida en Cristo

El pensamiento más peligroso de un cristiano es creer que él es, de alguna manera, inmune a la tentación. De hecho, el fallar en entender el peligro de la tentación traiciona la enseñanza del Evangelio, que reconoce ambos: la depravación de nuestros corazones y su libertad, por la Gracia de Dios en Cristo.

Si nosotros, en cualquier momento, pensamos que somos de alguna manera, capaces de luchar en contra de la tentación, hemos sobrevalorado nuestra condición espiritual y desestimado brutalmente nuestra necesidad de la Gracia de Dios, Segundo, esta petición nos recuerda que no nos es posible resistir la tentación con nuestras propias fuerzas. La mayoría de las personas conocen, por experiencia personal que nuestro poder de voluntad no es tan poderoso como lo pensamos. Quienquiera que ha comenzado una dieta sabe cuan débiles podemos ser, que poca voluntad de lucha tenemos contra el simple deseo de reducir bocados diarios. Cuanto mas luchamos, mas entendemos nuestra debilidad, lo reducido de nuestro poder de voluntad. El Evangelio, sin embargo, en las peticiones de la Oración Nuestro Señor, nos llama a prestar especial atención a ellas y alejarnos del peligro de creernos poderosos. EL Señor no nos enseña a pedir que nuestra voluntad sea más poderosa, nos enseña a pedir liberación de las tentaciones, y del mal.

Estas palabras expresan una indeclinable dependencia de Dios y no de nuestra voluntad. De hecho, consideremos la expresión: “líbranos”, esta es una palabra desesperada, un clamor que subraya nuestra debilidad, El Señor no dice: “ayúdanos un poquito”, o “danos fuerzas”. No encontramos a Dios en mitad de camino y le confiamos que haga el resto En lugar de eso EL lo hace todo, El es el liberador y nosotros somos los liberados EL es el Salvador, y nosotros los salvos.

La Biblia no enseña que Dios ayuda a los que se ayudan ellos mismos, en lugar de eso dice que Dios ayuda a quienes no pueden ayudarse a sí mismos

EL evangelio enseña que solo por la Gracia de Dios Podemos nosotros vencer la tentación del mundo la depravación de nuestros corazones y el poder de enemigo.

Tercero, los cristianos deben orar por fortalecimiento en la lucha en contra de las tentaciones, Jesús nos dio la oración modelo, significando que estos son el tipo de peticiones que nos debería caracterizar cada día, hasta el día de nuestra muerte terrenal.

 

 Roosevelt es autor, escritor, dibujante, artista gráfico. Tiene una Maestría en Teología

Su última novela: “ Las violentas vetas del volcán” y su libro Dimensiones está disponible en Amazon y Google Libros. 
También es autor de diversos blogs, y cuentos cortos, y no tan cortos.

Escribenos a edicionesdelareja@gmail.com


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