Me manifestaré a él (a ella)
Mientras nos preparábamos para nuestro
devocional de la mañana, para presentarnos delante de Dios, y encomendarle
nuestro día, la última parte del versículo recién leído no dejaba de resonar en
mi mente:
“El que realmente me
ama conoce mis mandamientos y los obedece. Mi Padre amará al que me ame, y yo
también lo amaré y me mostraré a él”. Juan 14:21
El Señor Jesús dice que se mostrará, que se
manifestará, a aquel que, por amor a su Persona, conoce los mandamientos y los obedece.
Es una declaración que nos deja sin palabras.
Se manifestará a tí, a mí.
Evaluemos la magnitud de esa manifestación.
Veamos el pasaje de Daniel 10:5-8: “ Y alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón
vestido de lino, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz. Su cuerpo era como de
berilo, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y
sus brazos y sus pies como de color de bronce bruñido, y el sonido de sus
palabras como el estruendo de una multitud. Y sólo yo, Daniel, vi aquella
visión, y no la vieron los hombres que estaban conmigo, sino que se apoderó de
ellos un gran temor, y huyeron y se escondieron. Quedé, pues, yo solo, y vi
esta gran visión, y no quedó fuerza en mí, antes mi fuerza se cambió en
desfallecimiento, y no tuve vigor alguno.
Otro pasaje, en las peores horas de su corta
manifestación terrenal, su poder, aún refrenado por su la humanidad que lo
limitaba, nos advierte de su Todopoderosa Presencia. En Juan 18:6: “Jesús les
dijo: “-Yo soy. (…) Cuando les dijo: «Yo soy», retrocedieron y cayeron a
tierra”
La obediencia sin cuestionar es una gran
virtud. Es la calidad de un buen soldado. El soldado debe ser obediente, no
tiene opciones, su obediencia no hace preguntas, ni manifiesta quejas.
Obediencia es necesaria para esa manifestación,
es el requisito fundamental. Daniel vivió una vida santa, tenía mas de ochenta
años cuando el Señor se le apareció.
Obediencia es fe en acción. Es la expression
exterior, el fluir, el fruto de amar a Cristo.
Cristo se manifiesta al creyente, al que le
busca, mediante el Santo Espíritu de Dios. Los Dones del Espíritu Santo en su
completa medida dependen en gran forma de la amorosa obediencia a Jesús.
Si quieres abundar en el Espíritu, si necesitas
estabilidad interior, y complete paz, obedece.
Nuestra obediencia abre las puertas de la
Ciudad Santa, y nos da acceso al Arbol de la Vida.
¿Quieres orar conmigo?
Amoroso Padre
Todopoderoso y Eterno, venimos a tí, unidos en el propósito de recibir
corrección y entendimiento para entender la dimension de nuestra obediencia a
tus mandamientos. Y lo hacemos en el Nombre de Jesús. Clamamos a tí para que tu
Santo Espíritu y sus Dones se manifiesten en nosotros para honor y glorida de
Tu Nombre. Enséñanos a amarte y a obedecerte, para recibirte en plenitud.
Amén
Si este devocional y la oración han sido de
bendición para tí, compártela. Recuerda, “De Gracia recibistes, de Gracia da”.
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“Me Manifestaré a él”
Bendiciones
Tu hermano en Cristo
Roosevelt Altez
http://vidadedevocion.blogspot.com/ email: raltez@gmail.com
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