Mi Estandarte
Jehová, Yahwé, Adonai, Eloi,
Elohim, son algunos de los muchos nombres de Dios.
Jehová de los Ejércitos, en el
Antiguo Testamento. Jehová Nissi. Dios es mi estandarte.
En los tiempos antiguos, las
batallas eran seguidas desde una altura, y
los ejércitos se identificaban por el estandarte que portaban, la
bandera era el símbolo del poder de aquel reino por el cual sus fuerzas peleaban.
Hoy no luchamos contra carne y
sangre en esta batalla espiritual, luchamos contra potestades, principados,
huestes de maldad en las regiones celestiales.
Estamos en guerra, somos soldados
del ejército de Dios, estamos bajo ataque, y el enemigo está formado para la
gran batalla, mientras no llega, ataca individualmente, lanza sus dardos, sus
saetas, sobre nosotros. Guerra espiritual que llega a su apogeo, al momento
culminante donde, como en la escena del “Señor de los Anillos” nos rodean, se
acercan a la muralla de nuestra ciudad. Parece que peligramos, parecería que la
derrota es segura, son demasiados, son oscuros, avanzan imparables, en masa,
unidos contra nosotros.
Como en la visión de Joel 2:25 es
nuestra impresión que no hay poder capaz de repeler la agresión. Y eso es precisamente
lo que el diablo quiere, que nos atemoricemos, que el miedo nos arrincone y nos
haga olvidar el poder que habita en nosotros.
Pero en ese momento Dios, Jehová
Nissi, mi estandarte, nuestro estandarte, nos dice que levantemos bandera en su Santo Monte,
que levantemos la voz. Que nos pongamos en orden de batalla, porque llega el
día, y es nuestro día. La victoria es nuestra, Jesús ganó la batalla. Satanás
está derrotado, pero nosotros debemos tomar el estandarte y avanzar.
Las sombras no pueden encerrar la luz, no
existen por sí mismas, las sombras son ausencia de luz, ausencia de Dios, pero
cuando los hijos de Dios se levantan, las sombras retroceden. Nuestro Padre
está a nuestras espaldas cuando avanzamos, incontenible, Todopoderoso, todo
luz, todo amor, fuego consumidor ante quien el mal no tiene otra opción que
retroceder, que refugiarse lejos, donde todavía hay sombras.
Dice el Salmo 60:12: “Has dado
bandera a los que te temen por causa de la verdad” y luego en el versículo 12
dice: “En Dios haremos proezas, y El hollará a nuestros enemigos”.
Jesús fue levantado como una
bandera, y como a la bandera que representa el orgullo de un Estado, todos lo
miraron, todos lo vieron: Él mismo dijo: y yo, si fuere levantado de la tierra,
a todos atraeré a mí mismo. Juan 12:32.
Fue la bandera del amor a
nosotros que mediante su sacrificio, derrotó a las tinieblas. En el Cantar de
los Cantares dice: “Me llevó a la casa del banquete y su bandera sobre nosotros
fue amor”. Cantares 2:4
Dios les dice a todos los hombres
que estén atentos, porque se levantará bandera de Dios y se tocará la trompeta,
nos manda a observar, mirar, y escuchar. Isaías 18:4
Despiértate, tú que duermes,
levanta bandera, el Estandarte de Dios sobre tu casa. Declara con tu boca que
Jesús es el Señor, sentado a la derecha de Dios
Oración: Hoy me confortaré en el Señor y en la potencia de su fuerza porque su
bandera está sobre mí y bajo su protección y con su fuerza enfrentaré al
enemigo. Hoy alzaré mis ojos y miraré a lo alto y no temeré lo que el enemigo
pueda hacerme, porque El Señor es mi bandera y él levantará pendón sobre mí. Sí
un ejército se levantara contra mí no temeré, porque sólo tú Señor me haces
vivir confiado.
Gracias por tu misericordia, renovada cada día sobre mi vida. La
angustia, el temor y la desilusión quedan relegadas y sujetas a la
manifestación de tu poder y tú me haces caminar confiado. Todas las huestes del
enemigo retroceden porque ni las puertas del infierno podrán prevalecer ante la
fuerza de tu poder y grandeza. Por todo esto sé que ni la muerte ni la vida ni
ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo
alto, ni lo bajo, ni ninguna criatura nos podrá apartar del amor de Dios, que
es en Cristo Jesús.
Amén
Tu hermano en Cristo
Roosevelt Altez
vidadevocional.blogspot.com email:raltez@gmail.com
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